Centro de estudios peronista José Armando Gonzáles - Ateneo: Nelly A. Moscheni de Gonzáles. Fundado el 08-10-2011.
  Cro. Lucho Herrera
 

 

Centro  de  Estudios  Peronista:  José  Armando  Gonzáles

Ateneo:  Nelly  A.  Moscheni  de  Gonzáles

Fundado el 08 – 10 – 2.011

 

 

EL  MILITANTE  PERONISTA

“LUCHO  HERRERA”

Por Alejandra E. Gonzáles

 

Santiago  Luis  Herrera

1961 – 1999

 

 

            Presentar la Biografía del Compañero Santiago Luis Herrera,  nuestro Compañero LUCHO, es sin dudas,  historiar  la  vida del Militante  Peronista por  antonomasia.

 

            Embargada de emoción y añoranzas por tantos hechos políticos de su factura, y recuerdos de utópicos ideales compartidos,  de sueños de jóvenes que asomábamos a la lucha política,  es el sentimiento que siempre me producirá rememorar la temperamental y solidaria corta vida de nuestro querido Compañero Lucho Herrera.

 

            Permítanme prevenirlos de esa sensación,  de volver a estar en presencia de un verdadero Militante Peronista.  Tanta pasión en su vida y en sus convicciones, no ha podido ser borrada con el paso de casi treinta (30) años desde aquel ya lejano 1983, año en que lo conocí.

 

            Para nosotros Lucho representó desde el comienzo la tipología única, sui generis, del Militante Peronista  y del conductor nato.  Dotado de una hermosa alegría de vivir, de soñar y de luchar,  conjugaba en su persona los más puros caracteres del militante que sintiendo su vocación, conocía con certeza los parámetros ideológicos, históricos y personales del ámbito donde actuaba. Con el General, él sabía que llevaba en su mochila el bastón de mariscal,  y no dudaba en usarlo cuando era oportuno y conveniente.

 

 

 

 

 

            Iluminado seguramente, con un innato óleo sagrado de Samuel, Lucho marcaba siempre con anticipación y precisión la iniciativa política de todas y cada una de las acciones a realizar, fueran internas de la JP Desamparados, o externas,  locales o nacionales,  políticas o sindicales,  partidarias o movimientistas.  Esta característica suya molestaba mucho a los cobardes, y también a los mediocres, que ya los había también como ahora, en aquella época.

 

 

 

 

            Curiosamente en aquella querida Juventud Peronista de Desamparados (localidad del departamento Capital de la Provincia de San Juan), nos reuníamos jóvenes provenientes de los más diversos orígenes.  Los había abogados varios, estudiantes secundarios y universitarios de ingeniería, arquitectura, ciencias sociales,  sindicalistas,  miembros de organizaciones tales como el “encuadramiento”, la “guardia de hierro”, el “peronismo revolucionario”, la “JUP”, la “26 de julio”, la “convergencia”, etc., militantes barriales de los clubes deportivos o uniones vecinales, y compañeros de las villas de emergencia y asentamientos precarios.  A todos ellos podía conducir Lucho,  sin ningún inconveniente.

 

 

            Creo ahora que su autoridad indiscutida provenía de su magnífica personalidad, con una mística peronista sólo comparable y superada por la de la propia “Evita”.

            En él se reunían todos los valores políticos peronistas, era como un catálogo del buen militante,  era como el custodio de las 20 verdades,  era nuestro conductor, era nuestro jefe, era nuestro Amigo,  así era Lucho.

 

 

            Nacido en una Familia Peronista Ferroviaria, de Alcira Anastasia de Herrera y Luis Herrera, sus padres, tenía 7 hermanos: Setella Marys, Julio César,  Edgardo W., Nora del Valle, Marcos Angel y Juan Ramón.

Tuvo tres hijos con Norma: Luisito, Soledad y Eduardo, y tres con Graciela: Santiago, Florencia y …

 

 

            En 1984 es elegido en Asamblea como Presidente de la Juventud Peronista de Desamparados  (hasta alejarse en 1986 a trabajar en Buenos Aires, Tapiales en el ferrocarril), donde se destaca por la enorme movilización interna, que logra no obstante la primera derrota electoral del Peronismo en 1983.

 

 

            Aquella querida JP Desamparados realizaba a sus instancias: cursos de formación política, congresos, jornadas de reflexión, campeonatos de fútbol, tareas solidarias en los barios humildes del Departamento, y también peñas, reuniones bailables, en las casas de los Compañeros o en los Clubes de la zona.

 

 

            También mandábamos representantes propios al Movimiento de Juventudes Políticas (MO JU PO), además de los que mandaba la JP San Juan.

 

            Trabajamos incansablemente en 1985 en la organización y desarrollo del Año Internacional de la Juventud, definido por la ONU, creando el Parlamento Juvenil de la Provincia de San Juan, participando del Congreso Nacional y Multisectorial de Córdoba organizado por el Presidente Alfonsín. E instalando la idea de crear áreas de Juventud en todos los niveles de gobierno, idea que tomamos de los europeos, y que cuanto imberbe ignorante de la historia, quiso luego poner como de su autoría.

 

 

            Es Lucho quien en 1988 organiza una jornada anticipando la resolución política para las elecciones presidenciales que se avecinaban,  previendo la enorme adhesión que despertaba en todo el país, la postulación de Carlos Menem para la Presidencia de la Nación.  En ese sentido organiza un viaje a la provincia de La Rioja para entrevistarse con Menem,  donde lo acompañan los compañeros Eduardo Cortez y Alberto “Beto” Conca.  El viaje era subirse al tren que pasaba por la puerta del Cementerio y allí con sus vituallas de yerba, azúcar, galletas y picadillos, se despedían de quienes los esperábamos expectantes por los resultados de tan importante reunión.

 

 

 

            En 1989 gana Menem las elecciones internas presidenciales del PJ Nacional, y como siempre pasa,  nunca más fuimos recibidos ni atendidos por los farsantes y fariseos,  que todo lo prometieron para los militantes peronistas, y sólo se acordaron de sus parientes y hasta de gorilas varios.

 

            En 1987  Lucho estudia los cursos del Ferrocarril y se recibe de Maquinista, para trabajar en el Ferrocarril Belgrano hasta 1991 en que se privatizaron los rieles y quedaron a la calle  miles de compañeros ferroviarios.

 

 

            Ya en su trabajo se integra activamente como miembro de LA FRATERNIDAD, participando en Congresos, Comisiones Directivas y demás actividades sindicales donde, como siempre, tuvo destacada actuación en la defensa y representación de los intereses profesionales de esos trabajadores.

 

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            Desde 1991 Año en que las privatizaciones lo dejan fuera del trabajo formal,  Lucho radicado en Buenos Aires, comienza a trabajar como remisero, sin desvincularse de la actividad política y sindical, pero herido profundamente en sus convicciones e ideales que siempre esperaron cumpliesen sus deberes de sostener y ayudar a los trabajadores,  no como ocurrió, de darles la espalda. Con el paso de los años,  tanta injusticia, hizo mella en su espíritu y en su esperanza.

 

            Anoticiados que la pena iba ganando la batalla en su espíritu, los compañeros y compañeras de San Juan, intentamos a la distancia, hacerle llegar nuestro afecto y solidaridad. Incluso se logró que viajara a acompañarlo, el compañero Lino Gómez.

 

            En 1998 enfermó,  partiendo a la Casa de Dios el año 1999.

 

            Quienes lo conocimos y tuvimos el privilegio de su amistad y compañerismo, quedamos perplejos ante la tremenda noticia de su partida.  Su casa, aquella querida Casa Peronista, Unidad Básica vitalicia desde los tiempos más tenebrosos de todas las dictaduras que sufrió el país,  estaba de luto.  Allí  estaba la capilla ardiente, vacía,  como vacíos estaban nuestros corazones por este dolor,  esperando la llegada de sus restos mortales.

            Fue nuestro querido Compañero,  su Hermano Edgardo W. Herrera,  quien tuvo la difícil misión de viajar a Buenos Aires a acompañar la vuelta de su féretro.

 

 

            Aquí en su casa,  estábamos todos sus compañeros, quienes lo quisimos, admiramos, discutimos y compartimos tantas y tantas cosas de peronistas y de jóvenes que íbamos a cambiar el mundo,  abrumados por su pérdida, abrazando a su familia, llorando y conteniendo una tremenda impotencia de no haber logrado ayudar más para que fuese otro el desenlace.

            La muerte joven,  la partida de nuestro líder natural, la pérdida del compañero incondicional, el adiós al amigo,  eran perspectivas que nublaron nuestra alegría  e impertinencia,  llorábamos a Lucho.

            La espera fue de dos días,  fue en silencio y comentando quedamente algún recuerdo que nos recorría.  Hasta que llegó su ataúd.  Abrazamos con fuerza a Edgardito que tuvo toda la hombría para afrontar esta tarea.  Llorábamos con dolor, con bronca, con desesperanza. 

            Cuando el cortejo fúnebre llegó al Cementerio vecino de la Capital,  la compañera Rosalía Negra Garro, dijo las primeras palabras de despedida.  Nosotros sus hermanos de la JP Desamparados, entre ellos yo, estábamos paralizados de pena, ahogados de impotencia.  Sonó con fuerza el silbato y bocina del Tren parado frente al Cementerio,  eran los honores que le rendían sus compañeros ferroviarios, eran campanas trabajadoras que tocaban a Duelo, era el llamado para que Dios le abriera las puertas del Cielo.  Yo que quería hablar en su homenaje quedé muda de dolor y emoción.  Fue entonces que el compañero Julio Godoy (quien fuera presidente de la JP San Juan), tan sentido como nosotros,  pero más fuerte, tomó la palabra y logró evocar en encendido discurso militante,  de barricada,  la despedida final en un panegírico político y poético,  como bien ganado lo tenía Lucho, por todo lo vivido.

 

            Hoy luego de tantos años,  seguimos sintiéndolo junto a nosotros.  Con sus ideas,  con sus risas,  con sus  iniciativas,  con aquella amistad y compañerismo que jamás mezquinó y que nos regaló a manos llenas.  Con su lealtad al País, a Perón y a sus compañeros.  Con aquella inefable frase suya “Leal con los leales” para saber como tratar a tanto trepador y oportunista que tuvimos que soportar en el curso de los años.

 

            Hoy y siempre,  Lucho está junto a nosotros,  a nuestros ideales y a nuestros empeños o empecinamientos, de seguir siendo Peronistas a pesar de los fracasos, de las traiciones, de los burócratas que administran espacios populares que no les pertenecerán jamás, de los giles avivados a punta de democracia que nos quieren venir a contar la historia del Peronismo en San Juan, de varios que sólo tienen el rótulo de peronista,  y que expresan las peores lacras del género humano. Que templanza la nuestra querido Lucho !!  Para no sacarlos a patadas !!

 

 

(flor no me olvides)

 

            Pero quisiera terminar con la alegría que iluminó la vida de Luchito hasta el final, rogando a Dios lo cuide por nosotros y le conceda la paz y felicidad por la que tanto trabajó aquí en la tierra.

            Porque mis queridos compañeros, hay hombres como Lucho, que no deben morir …

            Hasta la victoria siempre querido Lucho!!

            Gracias por tu vida Compañero Lucho !!

 

            Con todo mi afecto y estima peronista, tu compañera que te admiró siempre:

 

Alejandra Gonzáles.

 

 

 
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